sábado, 18 de abril de 2015

Capítulo 5: Destello de amor





Santiago: Fueron las deudas que lo llevaron a la muerte. La misma mujer que me tiene aquí encerrado, es quien se encargó de que mataran a don Arturo.

Ximena y Refugio no pueden articular palabra alguna. Ambas están muy sorprendidas, especialmente la segunda.

Santiago: Lamento mucho haberme quedado callado, pero como les dije, temía a que Abigaíl me hiciera algo. Lo siento. Me siento muy culpable.

Ximena (consternada): No te preocupes, la única culpable aquí es esa mujer, que nos está haciendo daño a todos. ¡Es increíble! ¿Entonces mi papá murió por deberle dinero?

Santiago: Eso mismo. Sé que eso no es razón para matar a alguien, pero hacer tratos con Abigaíl puede resultar muy peligroso.

Refugio: Ojalá pudiéramos hacerle sacar la verdad y grabarla para que se hunda en la cárcel por asesina y por dar testimonio falso.

Santiago: Además, de lavar dinero ya que de ahí es que tiene tantos bienes.

Ximena: No quiero involucrarlos a ustedes en eso, puede salir muy arriesgado. Te agradezco Santiago por habernos dicho la verdad. Me agradó la idea de Refugio. Podría infiltrarme en la casa de esa mujer, ¿pero por cuál motivo? El caso es que puedo hacerme su amiga y así me va confesando sus más íntimos secretos.

Refugio: Me parece razonable, pero no olvides muchacha que el día del sepelio de don Arturo, ella estuvo presente en ese lugar, puede reconocerte. Conmigo sería más difícil, porque era a ti a quien estaba observando muy atenta, no creo que de mí pueda acordarse. Puedo hacerme pasar como alguna empleada.

Santiago: La casa tendría que quedarse sola para que mi mamá pueda conseguir algo muy confidencial. ¿Cómo podemos hacer que Abigaíl salga de su mansión? Yo puedo llamarla desde la cárcel pidiéndole perdón y rogándole que me ayude a salir de prisión. Abigaíl en algún momento tendrá que salir de la casa para irme a ayudar.

Ximena: No creo que esa mujer se apiade y te ayude a salir de la cárcel.

Santiago: Le puedo prometer serle de gran ayuda en su lavado de dinero, soy una pieza fundamental, sé que con eso, Abigaíl se convencerá aún más. El problema es que entonces voy a tener que pisar la cárcel…

Ximena: No es necesario, puedes engañarla asegurándole que estás tras las rejas, pero en realidad vas a estar en libertad, en caso de que puedas salir bajo fianza.

Refugio: Concuerdo con Ximena. Es una idea muy arriesgada, pero creo que va a valer la pena hacer el intento.

Santiago: Sólo espero que Abigaíl no nos descubra, porque sino… (Negando con la cabeza preocupado)

Refugio: Confiemos en que Dios estará con nosotros. Voy a pedirle ayuda a mi hermana, espero que ella pueda prestarme dinero para sacarte de aquí, hijo (Santiago la toma de la manos por los barrotes de la celda).

INT. / MANSIÓN OLMEDO, ESTUDIO / DÍA
Alejandra se encuentra firmando un cheque, sentada en una silla frente a un escritorio. Concepción, la empleada de la casa, está presente y tiene una mirada de tristeza.



Concepción: Es para mí una verdadera lástima dejar ésta casa, en la que he trabajado más de veinte años. Era sólo una niña cuando llegué aquí (sonríe)

Alejandra: Sí, tienes razón. También lamento la decisión de mi padre en despedirla (miente), pero tú lo entiendes, ¿no?

Concepción: Por supuesto que sí señorita. Entiendo que el señor Guillermo tenga una hermana que busca trabajo. Eso fue lo que usted me dijo.

Alejandro: Exacto (le entrega un cheque). Aquí está tu pago, también está incluida la justa liquidación que te mereces. Por cierto, no te despidas de mis padres, para ellos, podría resultar más difícil tener que dejarte viéndote de frente. Por eso quise yo hacerme cargo de tu dinero (sonríe)

Concepción: Gracias señorita. Entonces me iré ahora mismo (carga un par de maletas).

Alejandra: Gracias a ti Concepción por todo. También te agradezco que hayas empacado todo silenciosamente. Es que… Queremos ocultarle a Alex que te vas a ir, pues él también te tenía mucho aprecio.

Concepción asiente con la cabeza y se marcha del estudio. Alejandra ha logrado sacar a la empleada para poder que Carolina ocupe su lugar.

EXT. / CAMINOS DE BOGOTÁ / DÍA
Danna y Mariano platican por las zonas verdes más cercanas a la finca de don Humberto.



Mariano: Así es, hace varios años cuando era un adolescente, me enamoré de una muchacha la cual se fue a otro país sin darme una explicación. ¿Y a ti que te ha pasado?

Danna (avergonzada): La verdad es que no he tenido tiempo para pensar en el amor (ríe).

Mariano: Yo ayer encontré a la persona indicada para que me acompañe como pareja.

Danna: ¿Ah, sí? (Caminando con más rapidez) Pues me alegra por ti ya que…

Mariano: (interrumpiéndole) Eres tú Danna (ella se sorprende). Ayer cuando te vi en el río, quedé completamente enamorado de ti (agacha la cabeza). Disculpa si te resulto atrevido.

Danna: Por supuesto que no (Mariano también se sorprende). Tú también…

En ese momento, Mariano no permite que Danna hable más y la toma con delicadeza, hasta el punto de darle un apasionado beso. Danna le corresponde.

INT. / MANSIÓN OLMEDO, SALA / MÁS TARDE
Son casi las tres de la tarde en Bogotá. Refugio está recibiendo un cheque por parte de Guillermo, con una cuota de dinero suficiente como para que Santiago quede en libertad bajo fianza.



Refugio (agradecida): Muchas gracias de verdad. Les prometo que cuando me llegue mi pensión que se debe a que trabajé como enfermera en un hospital, les iré pagando por cuotas moderadas el dinero que me están prestando.

Guillermo: No te preocupes Rocío, sabes que puedes contar con nosotros.

Rocío: Sí hermana. Esperamos que mi sobrino pueda salir de la cárcel, y que no vuelvan a involucrarlo en malos entendidos.

Refugio: Gracias de nueva cuenta. Entonces me retiraré ya, adiós.

Rocío y Guillermo le sonríen a Refugio y ésta sale de la mansión. Estando afuera, se topa con Alex.



Alex (sonríe): ¡Hola tía! Que bueno verte por acá.

Refugio: Gracias muchacho. Vine a pedirles una colaboración a tus padres, que se han comportado muy amables conmigo.

Alex: Me parece bien. Aprovechando nuestro encuentro, ¿cómo sigue Ximena?

Refugio: Se ha ido recuperando poco a poco, aunque claro, me gustaría que despejara un poco su mente, no ha dejado de pensar en lo que le ocurrió. ¿Por qué no la invitas a salir? Quizás puedas llevarla algún parque, no sé…

Alex: Me has dado una buena idea tía. ¿Vas para el barrio donde vives tú y ella? Podemos irnos juntos.

Refugio: Que buena idea Alex. Entonces sí, vamos (sonríe).

Los dos se van y no se percatan de que Alejandra los estaba observando y escuchando.

INT. / FINCA DE DON HUMBERTO / DÍA
Mariano le acaba de explicar a su abuelo que Danna se volvió su novia.



Don Humberto: Si quieren que sea sincero, no me sorprende la noticia. Desde ayer, pensé que Mariano te había traído como su novia (hablándole a Danna). Hacen una bonita pareja, los felicito.

Danna: Muchas gracias señor, además también debo agradecer su buen gesto de permitir que siga viviendo aquí, en su casa.

Don Humberto: Mariano también me comentó sobre tus problemas. No tengo ningún inconveniente en que te quedes aquí (sonríe). Eso sí, espero que también nos ayudes en las labores diarias de la finca.

Danna: ¡Claro que sí! (Asentando con la cabeza) Eso no lo dude (ríe).

Mariano: Por supuesto abuelo, no te arrepentirás de tener a Danna aquí (también se ríe).

EXT. / CASA DE XIMENA / UNA HORA DESPUÉS
Ximena está sorprendida por la inesperada visita de Alex a su casa. Refugio está con él.



Alex: ¿Entonces, Ximena? ¿Aceptas ir a pasar un rato agradable conmigo? (Le sonríe) ¡Te aseguro que te divertirás!

Refugio: Acepta muchacha. Debes despejar tu mente, como le mencioné a mi sobrino.

Ximena (indecisa): No sé, la verdad es que… (Sonríe) Está bien, acepto.

Alex (feliz): ¡Que bueno! Podemos irnos de una vez, son las cuatro de la tarde, debemos evitar que cierren el parque de diversiones que conozco.

INT. / MANSIÓN LAFONTAINE, HABITACIÓN DE ABIGAÍL / DÍA
Por otro lado, en la mansión Lafontaine, Abigaíl está en su habitación. La mujer se encuentra sentada en su cama mientras observa la foto de un niño de unos seis años.



Abigaíl: (soltando un par de lágrimas) Te extraño tanto, bebé… Ojalá hubieras podido sobrevivir en el accidente que tuviste, pero bueno…

Deja la foto encima de su mesita de noche y se levanta de la cama, dirigiéndose al gran ventanal que tiene su amplia habitación.

Abigaíl: Nadie podrá estar en el lugar de mi hijo. Estoy tan arrepentida de haber adoptado a Danna como mi hija, es como si fuera el reemplazo de Andrés. Esa Danna debería sufrir tanto como sufrí yo de pequeña (esboza una sonrisa malvada).

Abigaíl está siendo afectada por un trastorno neurológico que la ataca de vez en cuando.

INT. / PARQUE DE DIVERSIONES / DÍA
Ximena y Alex acaban de llegar al parque de diversiones del que el muchacho le habló a la primera. Se intercalan distintas escenas, en las que Ximena se sube a un carrusel en el que ríe sin parar. Al bajarse, Alex la recibe con un algodón dulce. Ximena agradece y unos momentos después, se ve cómo los dos jóvenes se suben y divierten en una pista de coches chocones. Más tarde, se encuentran comiendo helado en una heladería del mismo parque de diversiones.



Ximena: ¡Qué divertido! Parece la primera vez que visito un lugar como éstos, además, tengo una sensación muy extraña en mi cuerpo… Siento como si hubiera pisado éste parque de diversiones en otro momento de mi vida.

Alex: Seguro tu padre, que en paz descanse, te llevó aquí hace tiempo (sonríe pero nota que Ximena se entristece). Eh, disculpa si te hice sentir mal, no era mi intensión, yo…

Ximena: No te preocupes, estoy bien (también sonríe). Mejor sigamos divirtiéndonos. No quiero hablar de momentos tristes, ya ni siquiera quiero recuperar mi memoria (ríe y él se sorprende). ¡Es broma!

Alex: ¿A dónde quieres ir ahora? Te sugiero, una pista de patinaje que conozco. ¿Qué dices?

Ximena asiente con la cabeza y ambos se dirigen a la pista de patinaje del parque de diversiones mientras se van comiendo su helado.

INT. / MANSIÓN OLMEDO, HABITACIÓN DE ALEJANDRA / DÍA
Alejandra está en su habitación, acostada en su cama y pasando el televisor repetidas veces con el control remoto. De repente, una llamada entra a su celular. La muchacha contesta.



Carolina: (en el otro lado de la línea) Hola preciosa. Soy yo, Carolina… Te debe sorprender que te esté llamando por el celular. Verás, me quedé escondida en tu mansión, esperado a ver si cumplías con la palabra de despedir a la criada.

Alejandra (molesta): ¡Pues ya viste, idiota! ¡Sí la despedí!

Carolina: (ríe) Pude averiguar tu número porque seguí a esa anciana (se refiere a la empleada), y le dije que yo iba a ser la nueva sirvienta de la casa. Le mentí diciéndole que estaba perdida y no sabía bien la dirección de la mansión. Concepción, así se llama, ¿no? Me dio la dirección de la casa, el número celular de ti y el de tu padre. Qué ingenua la antigua empleada, dando información confidencial así de fácil. ¿No crees?

Alejandra: ¡Déjate de estupideces! Ya que me estás chantajeando, quiero que mañana mismo estés aquí. Te tengo otro trabajo más…

Carolina (se sorprende): ¿Hables en serio?

Alejandra: ¡Por supuesto que sí! ¿Crees que estoy bromeando? Quiero que seduzcas a mi hermano, sólo para quitar del camino a una estúpida mustia de la que está interesado. ¿Entiendes? (Carolina ríe en el otro lado de la línea)

INT. / PARQUE DE DIVERSIONES, PISTA DE PATINAJE / DÍA
En el parque de diversiones en el que Ximena y Alex están, los dos ríen estando en la pista de patinaje, la cual es muy lisa al estar hecha de hielo. La pista está completamente sola, sólo ellos dos se encuentran allí. En un momento dado, Ximena y Alex se resbalan y ambos caen, quedando demasiado cerca. Alex le sonríe.

Un par de horas más tarde, ambos acaban de llegar al barrio donde vive Ximena. Ya se está anocheciendo.



Ximena (emocionada): Me divertí mucho hoy, te agradezco por todo. Qué vergüenza contigo, todo lo que comimos, tú te encargaste de pagarlo.

Alex: No tienes de qué avergonzarte Ximena, lo hice con mucho gusto. Mira…

Alex saca de su bolsillo, una cajita pequeña, la cual abre y luego saca una brillante cadena, la cual se puede partir en dos.

Alex: Compré esto mientras te divertías en el carrusel en el que te subiste.

Ximena: ¡Qué bonita!

La cadena forma un corazón. Alex la divide en dos partes y en ese momento toma una de las cadenas y le da un abrazo a Ximena para podérsela poner en el cuello. Unos segundos después, se desprende de ella y se pone la otra cadena.

Ximena: Muchas gracias, esto no me lo esperaba (sonríe)

Alex: Yo también me reí demasiado contigo el día de hoy. Espero que nos podamos ver pronto. Me iré ya, hasta luego…

Ximena le responde de la misma manera y Alex se va, se sube a su auto y se termina de marchar. Ximena sonríe una vez más muy ilusionada.

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