sábado, 18 de abril de 2015

Capítulo 4: Confesión





Enfermera: (a Alex) Por favor no le haga muchas preguntas. La paciente perdió la memoria por un accidente que sufrió el día de ayer. Permiso (se retira).

Alex se queda sorprendido por la confesión de la enfermera. Ximena está extrañada.

Ximena: ¿Entonces usted sabe quién soy yo? Por favor, le suplico que me ayude, no puedo recordar nada, ni siquiera sé quién soy. Ayúdeme…

Alex mira muy preocupado a Ximena. No muy lejos, Guillermo y Alejandra los observan. La actitud de la última se muestra molesta.



Guillermo: ¿Quién es esa muchacha y qué hace hablando con Alex?

Alejandra: No sé qué hará en el hospital (miente), pero es la nueva secretaria de la empresa Olmedo, una completa irresponsable que sólo asistió el primer día de trabajo y del resto, dejó todo botado.

Guillermo: Sus motivos debe tener, me intriga saber qué hace en el hospital (extrañado).

INT. / HOSPITAL DE BOGOTÁ, CONSULTORIO / DÍA

El doctor está hablando con una de sus enfermeras. Mientras él le da algunas órdenes sentado en el puesto principal de su escritorio, la enfermera lo escucha atenta frente a él y estando de pie.

Doctor Suárez: Por favor hagan los exámenes médicos de la paciente que acabó de ingresar, Rocío Vidal, necesitamos saber qué es lo que tiene.

Enfermera: Entendido doctor Suárez, pero no se debe tratar más que de una indigestión.

Doctor Suárez: De todos modos, es mejor la seguridad.

La enfermera asiente con la cabeza y se retira del consultorio médico.

EXT. / CAMINOS DE BOGOTÁ / DÍA

Mariano está ayudando a salir de la pequeña quebrada a Danna. El muchacho le da la mano.



Mariano: ¡Lo lamento mucho, de verdad! Por lo visto te asusté, pero créeme, no fue mi intensión.

Danna: (terminando de salir de la quebrada) No se preocupe, tal vez yo tuve la culpa porque…

Mariano: (sonriéndole) Nada de eso, yo te asusté y por eso la reconozco. Lo que me extraña es que estés metida por estos lugares.

Danna (avergonzada): Prácticamente escapé de mi casa…

Mariano: Sería atrevimiento mío cuestionarte sobre tus problemas. Más bien, acepta ir a visitar la finca de mi abuelo. Le estoy ayudando en las labores diarias. Estás sucia y muy mojada, deberías ir a darte un baño.

Danna: No lo sé, quizás su abuelo pueda regañarlo. Además no nos conocemos.

Mariano (suelta una leve risa): ¿Crees que soy un asesino en serie que piensa hacerte daño?

Danna (sonríe): No me refería a eso, lo digo porque a su abuelo podría molestarle que usted lleve a la finca a una joven que apenas conoce. ¿No cree?

Mariano: ¿Estoy tan viejo para que me trates de “usted”? ¡Puedes tratarme con toda confianza! Y descuida, mi abuelito es muy buena persona, algo gruñón pero sé que accede. Vamos…

Danna decide seguir a Mariano. Él le sonríe al notar que la muchacha está desanimada.

INT. / MANSIÓN LAFONTAINE, SALA / DÍA

El teléfono de la mansión suena con mucha insistencia. Abigaíl baja las escaleras de la segunda planta y se dirige a contestar el teléfono.



Abigaíl (molesta): La sirvienta de la casa se está tardando en regresar de sus vacaciones (contesta). ¿Hola?



Santiago: (al otro lado de la línea) ¡Cínica, descarara! ¿¡Cómo te atreviste a acusarme de algo que no hice!?

Abigaíl: ¡Cállate! Mejor cálmate y así podremos llegar a un acuerdo.

Santiago: ¡Jamás volveré a tener tratos con una mujerzuela como tú! ¡Eres tú quien debería estar detenida, no yo! Nuevamente llenas tus manos de sangre. ¿Qué acaso no pudiste ocultar el asesinado y por eso me culpaste a mí?

Abigaíl (cínica): De alguna manera tenía que salvar mi pellejo. Pero no te preocupes, de la cárcel te salvas. Haré lo que pueda para sacarte de ahí, somos amigos, recuérdalo.

Santiago: ¡No hables de amistad! Tú no tienes amigos, por eso vas a quedar sola por tu maldad. ¡Completamente sola! (Le cuelga muy enojado)

Abigaíl también cuelga y sonríe con todo su cinismo.

INT. / HOSPITAL DE BOGOTÁ, HABITACIÓN DE XIMENA / DÍA
Ximena y Alex están platicando, ambos sentados en la cama. Él le acaba de confesar que su padre fue sepultado el día pasado.



Ximena (impactada): Me sorprende mucho lo que me cuentas. No lo puedo creer (con los ojos vidriosos). Me estoy desesperando, por más que intento acordarme de algo, no consigo hacerlo (Alex la toma de las manos).

Alex: No te preocupes, yo te prometo que te voy a ayudar. Lo mejor es que en cuanto salgas de aquí, vayas al barrio donde vives, así conoces a la gente con la que tratabas y haces el intento de recordar algo.

Ximena: Te lo agradezco mucho… Me gustaría averiguar por qué mi padre murió, si fue un asesinato o alguna enfermedad que lo atacó. Por lo que me contó la enfermera que se encarga de mí, fui atropellada y por eso sucedió el accidente en que perdí la memoria.

Alex: Qué extraño, ¿y cómo lograste ingresar al hospital?

Ximena: Eso no lo sé, tal vez alguien me encontró y decidió ayudarme. Mi pregunta es por qué me arrollaron, ¿lo harían con maldad? (Preocupada).

INT. / CASA VIDAL, CUARTO DE DE REFUGIO / DÍA
Refugio toma el teléfono de su habitación y comienza a marcar un número La empleada de la mansión Olmedo contesta.



Refugio: Buenas tardes, ¿podría por favor comunicarme con Rocío?

Empleada: (en la otra línea) Lo siento, pero la señora fue llevada al hospital ésta mañana.

Refugio (sorprendida): ¿Por qué? ¿Qué es lo le pasó?

Empleada: No conozco muy bien los detalles, de lo que estoy muy segura es que se desmayó, la llevaron el hospital central de Bogotá, allá puede encontrarla.

Refugio: Está bien, gracias por la información.

Refugio cuelga el teléfono y sale con rapidez de su humilde casa, dirigiéndose al hospital.

INT. / HOSPITAL DE BOGOTÁ/ MÁS TARDE
Ximena y Alex salen de la habitación de la primera. Ambos se dirigen caminando despacio a la sala de espera y es en ese momento en que llega Refugio. La mujer se sorprende al ver a Ximena allí, por lo que corre hacia ella muy preocupada.



Refugio: ¡Muchacha! ¿Pero qué fue lo que sucedió? ¿Qué haces aquí?

Ximena no responde nada, muy extrañada. Alejandra y Guillermo se van acercando al ver a Refugio.

Alejandra: (pensando: ¿Qué hace mi tía Refugio hablando con esa mujer?)

Alex: (explicándole a Refugio) Tía, ella perdió la memoria por un accidente que tuvo ayer. Llegó a parar al hospital.

Refugio sorprendida, se lleva la mano a la boca y acto seguido, abraza a Ximena. Ésta siente una sensación muy extraña por su cuerpo.

Refugio: (se desprende de Ximena) Lo siento mucho Ximena, por eso estaba tan angustiada, no te vi después del sepelio de tu padre (a Alex) ¿Ya lo sabe, verdad?

Alex: Así es, pero cuéntame tía, ¿cómo la conociste?

Refugio: Las dos vivimos muy cerca. Qué gran casualidad, vine el hospital para averiguar sobre el estado de mi hermana Rocío, ¿por qué se desmayó?

Alex: Aún no nos han entregado el informe, pero esperamos que no sea nada grave.

Refugio: Me enteré con una llamada que hice a la mansión Olmedo, pensé en pedirle ayuda a Rocío, porque estoy en una situación muy preocupante.



Guillermo: (termina de acercarse) Que bueno que estás aquí, Refugio. Ya luego me comentas sobre tu problema, no dudes en pedirme ayuda. Eres mi cuñada, por supuesto te voy a ayudar.

Refugio le agradece a Guillermo. Ximena guarda silencio al escuchar la plática familiar.

INT. / MANSIÓN LAFONTAINE, HABITACIÓN DE DANNA / DÍA
Abigaíl se encuentra en la habitación de Danna, la mujer está ansiosa por saber el paradero de su hija.



Abigaíl: ¿Dónde se habrá metido la estúpida de Danna? ¡Lo que faltaba! Sabrá el diablo dónde estará. Ojalá no regresara nunca más, al fin y al cabo prefiero estar acompañada de la soledad y no de una inservible muchacha como es ella. De todos modos, no es mi hija. ¿Para qué me preocupo? Me debí haber deshecho de ella como lo hice con los padres.

La malvada Abigaíl empieza a tener un recuerdo de hace veintidós años.

FLASHBACK
MEDELLÍN, 1992
INT. / CABAÑA EN EL BOSQUE / NOCHE


En medio de un bosque de Medellín, se encuentra ubicada una cabaña. Dentro de ella, está Marisol cargando a una bebé. Al lado de ella, está Alfredo, el padre de la niña y esposo de Abigaíl.



Marisol (muy preocupada): ¡Tengo mucho miedo, Alfredo! No quiero que Abigaíl te haga daño… No regreses más a esa casa. ¡Huyamos!

Alfredo: No puedo dejar las cosas de ese modo. ¡No tengo ni un solo peso en este momento! Necesitamos dinero para nuestra hija, mira que acaba de nacer.

Marisol: Nunca me imaginé que Abigaíl se fuera a enterar de nuestra relación. Me dijiste que escuchó tu conversación conmigo por el teléfono.

Alfredo: Lo que temo es que te di la dirección de ésta cabaña para que nos encontráramos. Espero que no la haya podido anotar. Lo siento mi amor, pero tengo que regresar a casa. No te preocupes, yo no me tardaré…

Marisol: Por favor ten mucho cuidado… Conocemos a Abigaíl y es una mujer muy histérica. ¡Es capaz de…!

Alfredo (le interrumpe): No lo digas Marisol, yo tendrá mucho cuidado. Te ruego que aguardes aquí en esta cabaña, el lugar es muy cómodo.

Marisol: (asentando con la cabeza) Por supuesto que sí, Alfredo. Ya sabes, no te tardes.

Alfredo besa a Marisol y abre la puerta, pero en ese momento se topa con Abigaíl, quien se ve mucho más joven y tiene una mirada bastante seria. Alfredo se sorprende, al igual que Marisol quien se pone muy nerviosa abrazando a la pequeña Danna.

Abigaíl: ¡Así que éste es el lugar donde se citan! ¿Pensaron que escaparían de mí?

Alfredo: Por favor Abigaíl, yo…

Abigaíl: ¡Cállate, maldito traidor! (Empieza a llorar) ¿Cómo pudiste? ¡Yo te amaba, Alfredo! Desde la muerte de nuestro hijo, no me volviste a tocar, me rechazabas. ¡A ti nunca te dolió la muerte de Andrés! (Rota de dolor)

Alfredo: Eso sucedió hace tres años, Abigaíl. Y también me afectó bastante…

Abigaíl (histérica): ¡Mentira!

Abigaíl saca una pistola del pequeño bolso que lleva y le apunta a Alfredo. La mano le tiembla y continúa llorando.

Marisol: (llorando) ¡No, por favor! ¡No lo hagas, te lo ruego!

Abigaíl: (gritándole a Marisol) ¡Tú cierra la boca, prostituta barata!

Abigaíl le pega un tiro a Alfredo en el hombro derecho. Marisol pega un grito desgarrador y Alfredo cae agachado al piso. Abigaíl se acerca más a él y nuevamente le dispara, ésta vez en la frente. El hombre termina de caer y muere en el acto. Marisol llora con un profundo dolor. Abigaíl se acerca a la joven muchacha y también la amenaza con dispararle. Gracias a los nervios de Marisol, Abigaíl logra arrebatarle a la pequeña Danna.

Marisol: (llorando) ¡Entrégame a mi hija! ¡Te lo ruego, no nos mates! Es sólo una pequeña… ¿Qué más quieres? ¡Asesinaste a Alfredo!

Abigaíl empieza a salir de la cabaña.

Abigaíl: Ésta bebé estará mejor conmigo… ¡He rodeado la cabaña de gasolina! ¡Te voy a quemar!

Marisol lo niega con la cabeza e intenta salir, pero Abigaíl también le dispara. El tiro cae en su pie derecho, haciendo que Marisol caiga al piso muy adolorida. Abigaíl saca una caja de fósforos y posteriormente, saca uno de ellos, el cual enciende con la misma cajita. Abigaíl suelta el fósforo en medio de los gritos de Marisol. La cabaña empieza a quemarse y la amante de Alfredo muere calcinada.

FIN DEL FLASHBACK



Abigaíl: Las sombras del pasado aún no se han borrado… Tenía que matar a mi esposo y a su amante. ¡Conmigo nadie juega, claro que no! (Riendo de manera desquiciada)

INT. / FINCA DE BOGOTÁ, SALA / DÍA
Mariano le acaba de explicar lo que ocurrió con Danna a su abuelo Humberto. Danna también está presente.



Don Humberto: Está bien Mariano, ésta muchacha puede darse un baño en la finca, pero por favor no ocasiones escándalos en la hacienda. Sabes muy bien que no me gusta.

Mariano: Entiendo, abuelo. No haré ningún ruido que pueda molestarte.

Don Humberto: Eso espero, hijo. Los jóvenes de ahora son muy escandalosos, y se animan más cuando tienen a su pareja (Danna se sorprende y se sonroja).

Mariano (molesto): ¿Qué dices abuelo? Por favor guarda discreción. Apenas conocí a Danna.

Mariano se retira y Danna lo sigue, no sin antes sonreírle a don Humberto.

EXT. / CALLEJÓN OSCURO / DÍA

Carolina está en la esquina de un callejón oscuro. La muchacha tiene ropa sencilla.



Carolina (pensativa): ¿Esa Alejandra Olmedo sí cumplirá su palabra de pagarme? Espero que lo haga, porque de lo contrario, resultará muy afectada. Me gustaría acercarme más a ella para estar segura, además me urge tener plata ahora mismo (suspira mientras frunce el ceño).

INT. / HOSPITAL DE BOGOTÁ, SALA DE ESPERA / DÍA
Ximena está conversando con Refugio, ambas sentadas en una banca.



Ximena: Pediré que me den de alta en el hospital hoy mismo, para ir a conocer el lugar donde vivo, y a las personas con las que he tratado. Eso mismo me aconsejó el joven que se llama Alex, su sobrino.

Refugio: Que bien Ximena, lo que me comentas está bastante bien. Disculpa, allá viene el doctor. Iré a averiguar sobre la salud de mi hermana.

Ximena asiente con la cabeza y Refugio se levanta de la banca. Acto seguido, se acerca al doctor con rapidez. Alex, Alejandra y Guillermo hacen lo mismo.



Alex: ¿Cómo se encuentra mi mamá, doctor? (Preocupado)

Doctor: No se preocupen, la señora Rocío está en buen estado. Fue sólo una indigestión, la presión alta y el estrés que ha mantenido en estos últimos días.

Alejandra: Qué raro, mi mamá no ha tenido esos problemas.

Guillermo: Gracias doctor, iré entonces a ver a mi esposa.

El doctor se retira al igual que Guillermo.

Alex: Qué alivio, menos mal nuestra madre está bien (sonríe).

Alejandra: Así es hermano. Oye, ¿qué estabas hablando con esa muchacha? La nueva secretaria de la empresa es muy irresponsable. ¡Dejó el trabajo botado y sólo asistió un día!

Alex: Eso ya lo hablé con papá, Alejandra. Ximena tiene muchos problemas, su padre recién murió. Además, la atropellaron y por eso perdió la memoria.

Alejandra (nerviosa): ¿Atropellada? (Mintiendo) ¿Pero quién haría esa atrocidad?

Alex: (la mira con recelo) Quién sabe. Veo que te sorprende bastante, hasta nerviosa te pusiste.

Alejandra rehúye la mirada y guarda silencio. Por otro lado, en el mismo hospital, Guillermo entra a la habitación donde Rocío reposa semi-acostada a una cama.

Guillermo: Que bueno cariño que estás bien, afortunadamente no era nada grave, sin embargo, me preocupó lo que dijo el doctor sobre tu estrés.

Rocío: También estaba muy preocupada, lo del estrés es algo normal, trataré de relajarme más.

Guillermo le sonríe a su esposo. Éste le acaricia su mano izquierda, también sentado en la cama.

Rocío (pensando: Lo siento Guillermo, pero aún no puedes saber la verdad… Podría ocasionar mucho daño).

INT. / FINCA DE BOGOTÁ, CUARTO / MÁS TARDE
Danna acaba de darse una ducha. La joven está usando la ropa de Mariano, la cual le queda bastante ancha. Él ingresa a la habitación y al verla, sonríe burlón.



Mariano: ¡Qué extraña te ves! Hasta me confundí con el otro yo…

Danna: (ríe) ¡Qué tontito! No te burles de mí.

Mariano: Ya se está secando tu ropa. Hoy ha sido un muy bonito día, sólo que ya se está atardeciendo. Espero que tu ropa pueda secarse.

Danna (preocupada): Eso espero, porque no puedo quedarme una noche aquí (se sienta en la cama)

Mariano: ¿Por qué no? Mi abuelito no tendría ningún problema, o acaso, ¿estás incómoda en la finca?

Danna: No es eso, estoy muy agradecida, peor pienso que podría ser peor por la situación en mi casa. Quizás mi mamá pueda matarme cuando llegue.

Mariano (extrañado): ¿Pero qué dices Danna?

Danna: Es que mi mamá es una asesina (Mariano se sorprende y a Danna se le escapan las lágrimas). La observé mientras mataba a mi propio abuelo… Sino regreso y la confronto, será mucho peor, va a enojarse más…

Mariano: ¡Vaya! Me sorprende lo que me cuentas Danna, ya entiendo el motivo de tu escapada. Pero no te preocupes, yo te voy a apoyar. Puedes pasar la noche aquí, mientras se calma tu mamá. Por lo visto, es muy peligrosa.

E inesperadamente, Mariano abraza a Danna. Ésta se sorprende.

INT. / CEMENTERIO DE BOGOTÁ / AL DÍA SIGUIENTE

(Duración en las escenas: 0:00 - 0:58)

Ximena y Refugio están entrando al cementerio central de Bogotá, uno de los lugares más antiguos de la ciudad. Las dos tienen ropa oscura. Ximena está cruzada de brazos y camina con más lentitud.



Refugio: Por tu silencio, no logras acordarte de nada Ximena, ni siquiera cuando te llevé a tu casa (con nostalgia). ¿Cómo pudo sucederte esto?

Ximena: También lo lamento mucho señora. Estoy muy agradecida con usted, por estar ayudándome.

Refugio: No me llames “señora”, por favor… Antes de que perdieras la memoria, nos teníamos confianza (terminan de llegar a la tumba de Arturo). Y ésta es la tumba de tu padre…

Ximena se agacha y acaricia la foto que está en la lápida. La muchacha la observa con atención, y en ese momento, le llegan a su mente algunos flashback muy rápidos. Entre ellos cuando estuvo llorando mientras Arturo era sepultado. También tiene un breve recuerdo de la mujer que vio escondida detrás de un árbol, Abigaíl. El viento sopla fuertemente. Ximena se levanta.

Refugio (desconcertada): ¿Qué te pasa Ximena?

Ximena: Estoy muy confundida… En el día del sepelio de mi padre, había una mujer escondida detrás de un árbol, ¿quién era?

Refugio: ¡Dios mío, muchacha! Tu mente se está refrescando… Tú ese día, te extrañaste mucho por las miradas de esa mujer hacia ti. Te estaba observando y eso te inquietó.

Ximena: Pero sentí una presencia muy… No sé cómo describirlo, sentí el aire pesado cuando lo recordé. Me intriga saber quién es esa mujer.

INT. / MANSIÓN OLMEDO, HABITACIÓN DE ALEJANDRA / DÍA
Alejandra está acostada en su cama, manejando su laptop. La muchacha revisa su cuenta de Facebook. En ese momento entra la empleada de la casa.

Empleada: (acercándose a Alejandra) Disculpe señorita… Hay una joven allá abajo que la está esperando. Dice ser una amiga suya.



Alejandra: (cierra su laptop) ¿Una amiga? (Frunce el ceño) Gracias Concepción, te puedes retirar.

La empleada se retira y unos segundos después, Alejandra se levanta de la cama y baja a recibir la visita. Carolina mira todo el alrededor de la mansión y al ver a Alejandra, le sonríe.



Alejandra (extrañada): ¿Quién eres?

Carolina: ¿No me reconoces? (Hace una breve pausa) Ah sí… Olvidaba que sólo hemos hablado por teléfono. Soy Carolina, aquella muchacha que te pide dinero a cambio de no hundirte en la cárcel (sonríe).

Alejandra se sorprende.

INT. / CEMENTERIO DE BOGOTÁ / DÍA
Ximena y Refugio están saliendo del cementerio. La primera se ve decaída, pero trata de ser fuerte.



Refugio: Entonces nos dirigimos para la estación de policía para que veas a Santiago, ojalá lo reconocieras al instante.

Ximena: Eso es lo que más deseo Refugio, ir acordándome de mi pasado.

Refugio: Estoy tan preocupada, mi hijo ya tiene dos días de detenido. No tardan en llevárselo a la cárcel. Tengo que seguirle pidiendo ayuda a mi hermana Rocío y a Guillermo.

Ximena: Ellos dos son los padres de Alex, ¿no? (Sonríe más animada)

Refugio: Así es muchacha. Noto que te reconfortó hablar de él. Ayer se llevaron un buen rato platicando los dos.

Ximena: Es un joven muy amable. Se preocupó bastante por mí en cuanto se dio cuenta lo del accidente.

Refugio: Eso es bueno Ximena, ojalá le dieras un lugar en tu corazón.

Ximena: Ahora no puedo pensar en eso, Refugio.

Refugio: Te entiendo muy bien, sólo espero muchacha, que no vayas a guardar odio y rencor en tu corazón, una vez logres acordarte de todo.

Ximena: Si lo dices por lo que le hicieron a mi padre, tendré que averiguar quién es el asesino y cuáles son sus motivos.

Refugio: Lo sé Ximena, pero ten en cuenta siempre que el odio no puede expulsar al odio, sólo el amor puede hacer eso (le sonríe).

INT. / FINCA DE BOGOTÁ, ENTRADA / DÍA
Danna se está despidiendo de Mariano. Ambos se miran con nostalgia.



Danna: Muchas gracias de verdad por haberme recibido. No pude despedirme de tu abuelo por lo ocupado que está, pero por favor dile de mi parte que también estoy muy agradecida con él.

Mariano: Lo haré. Me gustaría seguir viéndote, pues aunque me entretengo ayudándole a mi abuelo en los quehaceres de la finca, me aburro por momentos.

Danna: (le sonríe) Tal vez algún día nos volvamos a encontrar. Hasta luego.

Mariano le responde de la misma manera. Danna se empieza a alejar poco a poco, usando la misma ropa que tenía el día anterior. Mariano lo piensa por algunos segundos y corre tras ella. La toma de la mano, la gira hacia él y la abraza una vez más.

Mariano: Nunca olvides que me tienes como un amigo, con el que puedes confiar.

Danna le sonríe y le corresponde el abrazo.

INT. / MANSIÓN OLMEDO, SALA / DÍA


Alejandra: ¿Qué haces piando mi casa? ¡Lárgate ahora mismo! No quiero levantar sospechas, sabes bien que te voy a pagar. Vete.

Carolina: (negándole con el dedo índice) Las cosas no son tan fáciles, preciosa. Quiero estar más cerca de ti para asegurarme de esto. Veo que tu casa es bastante lujosa (la mira mientras hace con leve silbido).

Alejandra (molesta): Por favor retírate, luego nos vemos personalmente (se empieza a poner nerviosa)

Carolina: Ahora que lo pienso, quiero mudarme a ésta casa (le sonríe y Alejandra se sorprende). Preséntame como una amiga. Inventa cualquier cosa, que me echaron de casa, que mis padres murieron y estoy desolada, no sé…

Alejandra: ¿Estás loca? ¡No puedo hacer eso! Jamás presentaría a una piltrafa como tú en forma de amiga.

Carolina (enojada): ¿Eso es lo que quieres? ¡Muy bien! Tu mamacita se va a dar cuenta de lo que hiciste la otra noche. Falta vez si la muchacha que atropellaste se pudo salvar. Intentaste matarla. Me enteré que tu mamá ayer pasó por un hospital, podría ponerse muy mal nuevamente.


Alejandra (llena de ira): Está bien, pensaré en como presentarte a mi familia, pero la única impresión que tengo de ti, es que eres una abusadora, una descarada que se quiere meter a mi casa. Ojalá no me salgas con algo más adelante.

Carolina: No te preocupes, no soy ladrona, por supuesto que no me robaré nada de ésta mansión. Para que se hagan las cosas más fáciles, di que soy una nueva empleada doméstica. Puedes despedir a la actual, ya está de edad para andar sirviéndole a la gente.

Alejandra: Perfecto, ahora lárgate de inmediato de aquí. ¡Ahora!

Carolina le sonríe una vez más y al mismo tiempo, le hace señas con sus manos, en forma de despedida. Finalmente sale de la mansión.

INT. / ESTACIÓN DE POLICÍA / MÁS TARDE

Ximena y Refugio están hablando con un policía. Unos segundos después, las dos se van adentrando a las pequeñas cárceles que hay allí.



Ximena: Prefiero quedarme aquí unos momentos, mientras platicas con tu hijo.

Refugio asiente con la cabeza y se acerca a la celda de Santiago. Éste se pega a los barrotes.



Santiago (desesperado): ¡Gracias mamá por venir a verme! Me dijeron que mañana mismo me trasladan a una cárcel. ¡Mañana!

Refugio: (toma las manos de Santiago) No te preocupes mi amor, hoy mismo vas a salir de aquí, haré lo que pueda (muy angustiada). También vine para decirte que Ximena tuvo un accidente.

Santiago (sorprendido): ¿Cómo ocurrió? ¿Se encuentra bien?

Refugio: Gracias a Dios sí, lo malo es que perdió la memoria (Santiago se sorprende aún más). Al parecer fue atropellada. La traje aquí, para que los dos se vean, quizás eso sirva para que esa pobre muchacha pueda ir recordando su pasado.

Santiago: Qué lástima de verdad, ojalá pueda recuperarla pronto. No ha dejado de sufrir desde la muerte de su padre, pareciera que le hubiera caído una maldición.

Refugio: Tienes razón. Iré a traerla hasta acá.

Refugio se aleja un poco de la celda, voltea a la izquierda y ve a Ximena. Un breve momento más tarde, las dos están platicando con Santiago.

Ximena: Con sinceridad, no consigo recordarte por más que lo intento. Tengo que empezar a seguir unos tratamientos, eso también me va a ayudar.

Santiago: Tenlo por seguro que vas a poder recordar todo, sólo guarda la esperanza en tu corazón. ¿Y ya sabes que tu padre falleció hace poco, verdad? (Ximena asiente con la cabeza).

Refugio: Ahora quiere saber quién es el asesino de su padre, y conocer los motivos.



Santiago guarda silencio y después de unos pocos segundos, decide hablar.

Santiago: Yo sé quién asesinó a tu padre, Ximena. Conozco a la persona que lo hizo (ellas dos se sorprenden).

Refugio: ¿Pero cómo es eso Santiago? ¿Por qué no lo dijiste antes?

Santiago: Tuve miedo porque la asesina es una mujer. Si se enteraba que había dado la información, podría matarme.

Ximena: ¿Una mujer? ¿Sería un crimen pasional? (Negando con la cabeza)

Santiago: No, tu padre era muy buena persona, sólo se enfocaba en ti y en nadie más. Fueron las deudas que lo llevaron a la muerte. La misma mujer que me tiene aquí encerrado, es quien se encargó de que mataran a don Arturo.

Ximena y Refugio no pueden articular palabra alguna. Ambas están muy sorprendidas, especialmente la segunda.

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