lunes, 2 de marzo de 2015

Capítulo 1: Gran estreno


HOSPITAL DEL SUR DE BOGOTÁ, HABITACIÓN DE MATERNIDAD / DÍA

Se está llevando a cabo un parto en una de las habitaciones de maternidad de un hospital de Bogotá, Colombia. Se oyen los gritos de Lorena, quien está dando a luz, acostada en una cama y sudando muy cansada, rodeada de algunas enfermeras y un doctor. Éste le pide que puje con fuerza.



Doctor: ¡Puje señora! Tiene que hacer un mayor esfuerzo... Este embarazo es muy complicado… (Lorena no lo logra)

Enfermera: ¿Qué hacemos doctor?

Doctor (agotado): Es imposible. Tenemos que hacer el parto por cesárea para que puedan salir las dos criaturas.

Lorena: (respirando agitadamente) ¿Qué dice? ¿Dos criaturas? (Sorprendida)

Doctor: Así es señora, ¿no estaba enterada? Su embarazo es muy riesgoso. Tendremos que ponerle anestesia epidural (Lorena se muestra preocupada).

HOSPITAL DEL SUR DE BOGOTÁ, AFUERA / DÍA

Un auto lujoso llega al mismo hospital. De él se baja un hombre, Guillermo de joven, que por su expresión en el rostro, parece estar preocupado. Él ayuda a bajarse a Rocío, su esposa, quien ha roto fuente y también está a punto de dar a luz. Los dos ingresan al hospital con rapidez, una enfermera viene hacia ellos con una camilla al ver que la mujer va a tener al bebé. Dentro del auto, aguarda Alex, de cinco años, también estando angustiado por el estado de su madre.

HOSPITAL DEL SUR DE BOGOTÁ, SALA DE ESPERA / DOS HORAS MÁS TARDE

Arturo, el esposo de Lorena, aguarda muy desesperado en la sala de espera del hospital. No muy lejos, también está Guillermo, los dos no se conocen, pero el destino que les espera, los podría relacionar bastante. El doctor se acerca a Arturo preocupado. Él se levanta de la silla donde estaba sentado.



Arturo (preocupado): ¿Cómo se encuentra mi esposa doctor? ¿Y el bebé?

Doctor: Primero que nada, déjeme decirle que son dos bebés (él se desconcierta). Veo que ni usted ni su esposa, habían asistido a una ecografía, puesto que no estaban enterados de que nacerían dos gemelas.

Arturo (incrédulo): Pero… (Decide callar) ¿Y mi esposa?

Doctor: Eso es lo segundo señor. El parto tuvo que hacerse por cesárea. Ella falleció en el acto.

Arturo: No, eso no puede ser… Usted está equivocado… (Empieza a derramar lágrimas)

Doctor: Lo lamento por usted. Sus hijas se encuentran en los cuneros. Permiso (se retira).

Arturo: (llorando) Lorena muerta… ¿Por qué todo tenía que salir de este modo? ¿Será que sí son dos gemelas?

HOSPITAL DEL SUR DE BOGOTÁ, CUNEROS / DÍA

Refugio es una enfermera del hospital, hermana de Rocío, a la que le atendió el parto. La mujer llega hasta los cuneros del hospital, se acerca a su sobrina, la bebé recién nacida de Rocío, quien tiene los ojos cerrados en su respectiva cuna.



Refugio: (sonriendo conmovida) Qué bonita es mi sobrina (la carga y se preocupa). ¿Pero por qué no abre los ojos?

Refugio trata de despertar a la niña, pero es imposible, está muerta, algo que la entristece demasiado.

Refugio (muy triste): Dios mío… ¿Ahora qué le voy a decir a mi hermana que estaba tan ilusionada?

Refugio deja a la bebé en la cuna. Se acerca a otra enfermera, que está cercana a ella y observando a las dos gemelas que Lorena dio a luz. Las dos también están en un par de cunas.
Enfermera: (a Refugio) ¿Están preciosas, verdad? (Sonríe con ternura)

Refugio: Así es… ¿Acabaron de nacer?

Enfermera: Exactamente, pero su futuro no será muy bueno, la madre falleció tras tenerlas, no pudo soportar. El parto por cesárea es muy riesgoso. No sé con certeza si su esposo la esperaba. Ahora debo irme, nos vemos Refugio (se va).

Refugio: (pensando) Si la madre murió, tal vez el padre no está presente porque la abandonó. Podría llevarme a una de las dos gemelas, y hacerla pasar como mi sobrina (muy indecisa).

HOSPITAL DEL SUR DE BOGOTÁ, CUARTO DE ROCÍO / DÍA

Rocío y su esposo Guillermo están platicando. La primera está recostada en la cama.



Rocío: (sonriendo) Estoy tan feliz. ¡Alex ya tiene una hermana menor! Y somos padres por segunda vez…

Guillermo: (bromeando) Por segunda y última vez, eh.

Los dos ríen y en ese momento pasa Refugio, con una de las gemelas que acaba de robar, para hacerla pasar como la hija de Rocío. La niña está envuelta de una pequeña cobija.



Refugio: (sonríe) Está muy bonita mi sobrinita (se la entrega en los brazos a su hermana). ¿Cómo le pondrán de nombre?

Rocío (emocionada) Tienes razón Refugio, es tan pequeña, tan tierna… Seremos toda una familia feliz. Respecto al nombre, Guillermo y yo habíamos pensado en ponerle Alejandra.

Guillermo: Alejandra es un bonito nombre, así se llamará. Y yo también estoy muy feliz por esto, y no somos los únicos. Alex se pondrá muy alegre también cuando sepa que su hermana ya nació.

Refugio no tiene una buena expresión en su rostro, pues sabe que todo es parte de un engaño. No pensó en el futuro de la otra gemela.

Refugio: Me retiraré ya, tengo que atender otras cosas (sonríe y sale de la habitación)
Refugio nuevamente se dirige a los cuneros, para revisar si hay alguien reclamando por la bebé que robó. La mujer se pone nerviosa al ver que hay un hombre llorando frente a la cuna de la otra gemela. Refugio se acerca.

Refugio: ¿Le puedo ayudar en algo? ¿Quién es y cómo llegó hasta aquí?



Arturo: Una enfermera me indicó en dónde se encuentra mi hija recién nacida.

Refugio: ¿Y por qué llora?

Arturo: Mi esposa murió después de tenerla. Lo raro es el doctor me informó que eran dos niñas, pero aquí solo veo una (desconcertado).

Refugio: Seguro se equivocó, o se confundió (miente). Ya sabe, son tantos bebés que nacen en este hospital… Siento lo de su esposa.

Arturo: Gracias señora… Espero que cuando crezca, a mi pequeña Ximena (se refiere a la niña), no le vaya a doler la ausencia de su madre.

26 AÑOS DESPUÉS
CASA GONZÁLEZ, CUARTO DE XIMENA / DÍA

Arturo ya es un hombre con mucha más edad, se le dificulta trabajar ya que además su frecuente tos no lo deja. Él platica con su hija Ximena, una muchacha sonriente y por su apariencia, bastante sencilla. La casa de los dos es muy humilde.



Arturo: Me siento muy apenado contigo, hija. Yo sosteniéndome a ti…

Ximena: (lo toma de las manos) No te preocupes papá, tú ya no puedes trabajar, debes entender eso. Unos años atrás, yo era una adolescente y tú velaste por mí. Ahora que tengo la edad suficiente para trabajar, yo soy quien va a velar por ti (sonríe).

Arturo: Gracias hija, eres una muchacha tan buena. Si tu madre estuviera viva, estaría orgullosa de ti (resignado).

Ximena: A veces cuando me acuerdo de mi mamá, y veo las fotos que me has mostrado de ella, me siento culpable. Mi mamá podría estar viva si yo no hubiera nacido.

Arturo: No digas eso Ximena, las cosas sucedieron porque así Dios las decidió. Mejor hablemos de otras cosas… ¿A qué horas tienes que irte al trabajo?

Ximena: En un par de horas. Aún está muy temprano (sonríe).

Arturo: ¿Y cómo se llama la empresa Ximena? ¿Sí te tratan bien?

Ximena: Es la Empresa Olmedo papá. Apenas entré ayer, y me trataron bien. Aunque sí se puede notar que Alejandra Olmedo, mi jefa, es un poco engreída (ríe levemente).

Ximena no se imagina en lo absoluto que su propia jefa, resulta siendo su hermana.

Ximena: Oye papá, nunca me volviste a hablar sobre el dineral que debes.

Arturo: (miente) Eso ya está pagado hija, no te preocupes. En ese tiempo ni tú ni yo podíamos trabajar, teníamos tantas deudas en esta casa, que no tuve más remedio que prestar dinero con un banco.

Ximena: ¿Y en qué momento lo pagaste? Nunca me di cuenta.

Arturo: No tenemos que hablar más de eso, solo confórmate con saber que no tenemos ninguna deuda ya sea con un banco.

MANSIÓN OLMEDO, SALA / DÍA

Por otra parte, toda la familia Olmedo se encuentra reunida en la sala de la gran mansión. Alejandra creció como una muchacha rica, algo que la convirtió egoísta y orgullosa. Ella mira de manera muy especial a Alex, su supuesto hermano. Alejandra siente algo por él, un afecto más que como hermanos.



Guillermo: (a Alex) Estoy muy agradecido contigo hijo por la ayuda que me estás brindando en la empresa.

Alex: Ya era hora papá que encontrara algo para estar ocupado todo el tiempo. Además mira, lo mejor es que Alejandra también trabaja allí.

Rocío: Eso es lo que más me gusta a mí, que los dos hermanos vayan a permanecer así de unidos.

Alejandra (emocionada) Tienes razón mamá, yo también estoy muy feliz de estar con Alex así de cerca. Bueno, creo que deberíamos irnos yendo para allá ¿verdad? Se nos va haciendo tarde (Alex asiente con la cabeza)

MANSIÓN LAFONTAINE, HABITACIÓN DE DANNA / DÍA

Abigaíl Lafontaine es una reconocida dueña de un banco de la ciudad. La mujer esconde muchos secretos y no es una persona impecable, como todos creen. La mujer regaña con severidad a su hija Danna.



Abigaíl (muy enojada): ¡Me tienes cansada Danna! ¿Cómo es posible que seas tan estúpida? Tienes que aprender a defenderte. Tú les das motivo a esos otros imbéciles para que te golpeen. Claro, seguro andas de ofrecida. ¡Como una prostituta!

Danna: Ya deja de regañarme mamá, no me hacen falta tus consejos. Me tratas como si yo no fuera tu hija. ¡Me estás ofendiendo!

En ese momento, Abigaíl le suelta una bofetada a Danna. A ésta se le voltea el rostro, dejando notar que su mejilla quedó rojiza, por la fuerza con la que su madre le pegó.

Abigaíl: ¡No me hables así! ¿Estás diciéndome que soy una mala madre? ¡Me avergüenzas! ¿Qué van a pensar mis amistades si se llegan a enterar que tengo una hija que es víctima del bullying y que nos es capaz de defenderse?

Danna: Estoy decepcionada de ti mamá (derrama un par de lágrimas). Mejor me voy a la secundaria ahora mismo, antes de que tú también me vuelvas a maltratar (se va).

Abigaíl: (negando con la cabeza enojada) Inútil…

CASA VIDAL, CUARTO DE REFUGIO / DÍA

Refugio vive en una casa cómoda pero no muy grande. Su cuarto se encuentra en el segundo piso. La mujer está distraída, observando por la ventana.



Refugio (preocupada): La culpa cada vez me va matando más… Las sombras del pasado me persiguen y no me dejan tranquila… Ojalá pudiera encontrar a la hermana verdadera de Alejandra, mi supuesta sobrina. Pero ahora no me puedo rendir, de hecho, me propondré a encontrarla (segura de sí misma).

AEROPUERTO DE BOGOTÁ, SALIDA / DÍA

Un hombre mayor, está saliendo del aeropuerto de Bogotá. Está vestido muy elegante y, con una expresión en el rostro se seriedad. Cuando llega hasta afuera, se acerca a un taxi y antes de subirse a él, piensa por breves segundos.



Fernando: (pensando) He regresado, Abigaíl… Quizás mañana mismo, nos veremos de nuevo las caras. ¿Te alegrarás de ver a tu padre, a pesar de todo? (suelta una leve risa y entra al taxi).

MANSIÓN LAFONTAINE, ENTRADA / DÍA

Abigaíl recibe en su casa a Santiago, hijo de Refugio. Los dos son confidentes amigos, pero no amantes. Los dos llegan caminando hasta la sala de la mansión, sentándose en los finos sofás.



Santiago: ¿Para qué me llamaste Abigaíl? Sabes bien que no me gusta mucho venir por acá.

Abigaíl: Eso lo sé. Desde que te cuento mis planes, porque confío en ti, es que te ausentaste.

Santiago: Temo a que algún día me confundan como tu cómplice.

Abigaíl: Eso nunca sucederá porque nadie más se enterará. Tú y mis empleados son los únicos que conocen las cosas turbias que hago (sonríe cínica).

Santiago: Por eso te lo digo, nada es oculto Abigaíl. Me arrepiento tanto de haberte apoyado en tus planes. Yo solo fui un simple empleado tuyo, pero en vista de que mi trabajo fue el mejor, me cambiaste de categoría y soy yo quien te ha ayudado a lavar dinero. Ya no pienso ayudarte más.

Abigaíl: Eres tan cobarde. ¡Nadie se ha dado cuenta hasta el momento!

Santiago: Eso nadie lo puede garantizar Abigaíl. Si me llamaste para que de nuevo te ayude, estás equivocada porque no lo pienso hacer más.

Abigaíl: Está bien Santiago, no te preocupes. No te llamé para un motivo especial, o bueno, tal vez. Ya sabes que aunque te niegues, me gusta que tú conozcas mis planes.

Abigaíl miente ante eso, pues en el fondo, le gusta involucrar a sus amigos o empleados de confianza, puesto que si se ve descubierta en sus sucios planes, tendrá a quién culpar.

Santiago: ¿Y a qué viene el caso?

Abigaíl: Hay un hombre que me debe mucho dinero, demasiado. Lleva meses prometiéndome que me pagará y ese momento no llega. Ya es hora de que Arturo González desaparezca del mapa.

Santiago (sorprendido): ¿Qué dices? ¿Lo vas a matar a él? (Abigaíl se extraña). Yo lo conozco, vive cerca de mi casa. Es el padre de una muchacha que a mí…

Abigaíl: (le interrumpe) Eso no quiere decir que vaya a cambiar mis planes. Sea o no el padre de alguna enamorada tuya, no me interesa. Hoy mismo lo desaparezco (sonríe malvada).

SECUNDARIA DE BOGOTÁ, BAÑOS / DOS HORAS MÁS TARDE / DÍA

En la secundaria donde estudia Danna, es hora de la pausa intermedia, el recreo. Ella ingresa a los baños para lavarse la cara, y justo cuando va a salir, se topa con un grupo de tres muchachas. Entre ellas está Carolina, quien parece ser la líder.



Danna: (retrocediendo nerviosa) ¿Qué quieres Carolina? No tienes motivo para golpearme de nuevo… ¡Vete!

Carolina: ¡Ya cierra la boca! Esta vez no te vamos a golpear, vas a sentir algo mucho mejor.

Danna: ¿De qué hablas? (Carolina la toma del mentón muy desafiante) ¿Por qué me haces tanto daño? ¿Qué te he hecho?

Carolina (furiosa): ¿Qué me has hecho? ¡Todo desgraciada! Tú no mereces tener tanto y yo tan poco. Debe haber alguien que te enseñe que la vida no es fácil.

Carolina truena los dedos y entra un trío de jóvenes, pertenecientes a la secundaria, pero con mal aspecto y sonriendo con perversidad.

Carolina: Ya saben lo que tienen que hacer muchachos. Pagaría por ver cómo esta estúpida es violada, pero mejor nos vamos. Que ellos tres hagan su trabajo.

Carolina ríe y se retira con las otras dos estudiantes, cerrando la puerta del baño. Los hombres con una mirada de maldad, se van acercando más a Danna, quien está muy nerviosa.

Entretanto, Ximena está saliendo de su casa, pues ya va se va a la empresa. Se topa con Santiago, quien se acerca a ella con una sonrisa pícara.



Santiago: ¡Hola, Ximena! ¿Cómo hasta estado?

Ximena (indiferente): Bien, gracias. Ahora debo ir a trabajar.

Santiago: Ah, qué bien que ya tienes trabajo. Eso es muy bueno, y más cuando se vive con tanta humildad.

Ximena: Sí, por supuesto. Nos vemos (sonríe forzada).

Justo cuando Ximena se va a ir, Santiago la toma del brazo y la acerca a él. En ese momento llega Refugio, quien logró verlos de lejos, puesto que la casa de Ximena y la de ella, no quedan muy lejos.



Refugio: ¡Santiago! (Éste suelta a Ximena nervioso) ¿Qué estás haciendo, ah? ¿Cómo te atreves a tomar así a una muchacha? Y usted señorita… (Se detiene sorprendida)

Refugio nota cierto parecido en el rostro de Ximena al de Alejandra, pues se ha quedado observándola por un breve momento. Ximena se desconcierta.

Ximena: Lo siento señora, yo iba para el trabajo y… Ya sabe, su hijo se acercó a mí y…

Refugio: No se preocupe señorita (a Santiago): Vete para tu casa ahora mismo y no quiero volver a ver que haces esto. Eres mayor pero tengo que regañarte como un niño debido a lo que haces (él se va resignado). Disculpe el comportamiento de mi hijo, no lo volverá a hacer.

Ximena: (sonriendo) No hay de qué disculparse. ¿Usted vive por acá? No la había visto antes. Me llamo Ximena.

Refugio: Sí, vivo cerca… Gracias por decirme su nombre, yo soy Refugio Vidal. ¿Y usted tiene hermanas?

Ximena: No, soy hija única. Mi madre murió cuando yo nací, así me lo ha contado todo este tiempo mi papá.

Refugio (sorprendida): Ya veo señorita, qué lástima… ¿Usted nació aquí mismo en Bogotá, verdad? Yo antes fui enfermera de un hospital (sonríe)

Ximena: Que bien que fue enfermera. Y efectivamente he estado toda mi vida en Bogotá. Nací en el hospital del sur.

Refugio se sorprende aún más, pues ahora está casi segura de que Ximena es la hermana de Alejandra, pues aunque no es fácil de notar, Refugio logró distinguir que ella se parece a Alejandra en el rostro. Además también su madre murió cuando nació y su parto se dio a cabo en tal hospital en el que ella fue enfermera.

Ximena (extrañada): ¿Le pasa algo señora?

Refugio: No, no me pasa nada. Me debo ir ya, Ximena. Ojalá tengamos otra oportunidad más para vernos.

Ximena: Está bien señora Refugio. Yo también me voy, de hecho voy un poco tarde para el trabajo, y en la Empresa Olmedo tal vez sean muy estrictos y me despidan. ¡Hasta luego! (Se va sonriendo)

Refugio: (pensando) ¿En la empresa Olmedo? Dios mío… Es la empresa donde está Alejandra. El destino las ha unido de nuevo (sorprendida).

EMPRESA OLMEDO, ENTRADA / MÁS TARDE / DÍA

Ximena acaba de llegar a la empresa Olmedo. La muchacha cuando está entrando, se choca con Alex, quien justamente iba saliendo para la cafetería. Ella deja caer el bolso pequeño que llevaba. Alex se agacha, lo recoge y acto seguido, se lo entrega.



Ximena: Disculpe, no me fijaba por dónde caminaba y gracias… (Con la mirada agachada)

Alex toma del mentón a Ximena y levanta su cara. Ella se sorprende.

Alex: No te preocupes, la culpa es mía (sonríe). ¿Entrabas para la empresa?

Ximena (tímida): Sí, soy la nueva secretaria.

Alex: Ah, pues perfecto, nos veremos más seguido. Yo también trabajo aquí, soy Alex, el hijo de Guillermo Olmedo, el dueño de la empresa.

Ximena: Ah, ya veo, es un gusto (sonríe tímida). Entraré ya, no quiero que me llamen la atención por quedarme distraída en otras cosas.

Alex: ¿Entonces yo soy una cosa? (Los dos ríen) Es una broma. ¿Y cómo te llamas?

Ximena: Ximena González… Nos vemos luego (termina de entrar a la empresa)

Alex: ¡Vaya! Qué tímida eres Ximena, pero demasiado bonita… (Sonríe con ilusión)

(Termina la canción)

SECUDARIA DE BOGOTÁ, BAÑOS / DÍA

Danna está dentro de un cuarto de baño. La joven llora desconsolada y está agachada en el piso, con el uniforme un tanto rasgado. Acaba de ser violada.



Danna: ¿Por qué a mí? (Sin dejar de llorar) ¿Por qué?

La joven siente una gran impotencia, pero no puede hacer nada. Continúa derramando las seguidas lágrimas. Recuerda cuando aquellos tipos iban saliendo del baño.

FLASHBACK, MINUTOS ANTES
SECUNDARIA DE BOGOTÁ, BAÑOS / DÍA

Hombre 1: ¡Estás advertida estúpida!

Hombre 2: Si dices algo, te va a ir mucho peor. ¿Entendiste? (Ella asiente con la cabeza llorando nerviosa)

Hombre 3: ¡Ya deja de lloriquear! (Los tres se van)

FIN DEL FLASHBACK

Danna: Desgraciados, infelices… (Llorando con mucha rabia)

EMPRESA OLMEDO, OFICINA DE ALEX / MOMENTOS MÁS TARDE

Alex platica con su hermana Alejandra en la oficina del primero. Los dos están sentados en dos lados opuestos de un escritorio.



Alex: Yo pronto tengo que encargarme de la casa de la playa, Alejandra. Entonces tú tendrás que quedarte aquí, estar pendiente de la empresa.

Alejandra: Me gustaría acompañarte Alex, es posible que tú no vayas a poder solo. Es más, deberíamos contratar a alguien que haga aseo, alguna miserable sirvienta.

Alex (molesto): No hables así Alejandra, no son miserables. Y no tiene que ser una sirvienta, nos podría ayudar cualquiera de tus secretarias. ¿No te parece? Si insistes en ir, pues está bien, pero no sé si nuestro padre se opondría.

Alejandra: Él es muy bueno conmigo, estoy segura que aceptará. Pues ayer comenzó a trabajar una nueva secretaria, creo que se llama Ximena. Ella podría ayudarnos, aunque tal vez es una inservible en cosas así de limpieza.

Alex: (acordándose de Ximena) Sí, ella puede ser la que nos acompañe (sonríe). Podemos hacerla pasar de una vez, para que nos confirme ahora mismo.

Alejandra se levanta de la silla y sale de la oficina, dirigiéndose a Ximena en su puesto.

Alejandra: Acompáñame Ximena, mi novio y yo… Quiero decir, mi hermano y yo te vamos a hacer una propuesta de trabajo.

Ximena asiente con la cabeza y acompaña a Alejandra hasta la oficina de Alex. La muchacha se extraña, puesto que su jefa llamó primeramente “novio” a Alex, después de que es su hermano.

Alex: Toma asiento Ximena (le sonríe).

Ximena se sienta en una de las sillas que está al frente de Alex. Alejandra también hace lo mismo, pero los mira con bastante recelo, por las sonrisas entre ambos.

Alex: Alejandra y yo queremos saber si tú te sientes capaz de hacerle limpieza a una casa de la playa. Yo tengo que encargarme de los cuidados y entre otras cosas, pero necesito a alguien que se ocupe de las demás cosas.



Ximena: (asentando con la cabeza) Por supuesto que sí, yo puedo hacerlo sin ningún problema.

Alejandra: Pero no piensen que van a ir solos, ¿ok? Yo los voy a acompañar (Ximena los mira un tanto incómoda)

Alex: Claro que sí Alejandra, pero también hay que tener en cuenta el permiso de papá, como te lo dije hace unos momentos.

MANSIÓN LAFONTAINE, SALA / DÍA

Abigaíl le da órdenes a un grupo de cuatro hombres. Les entrega unos documentos, que tienen la dirección de la casa de Ximena y la foto de Arturo.



Abigaíl: Con esta información, podrán dar con ese hombre. Saben muy bien que quien no me paga con dinero, paga con su vida (con mucha frialdad). Arturo González me debe una gran suma de dinero. Hace meses que me está prometiendo que me va a pagar y no lo ha hecho. Antes de hacerle algo, tienen que volverle a insistir que me entregue el dinero que me debe, de lo contrario, lo matan.

Hombre 1: Está bien señora Lafontaine, como usted diga… (Se retiran y ella sonríe con perversidad)

CARRETERA DE LA CIUDAD, ACERA / MÁS TARDE / ATARDECER

La tarde ya cayó en Bogotá. Ximena camina por la acera de la carretera, yendo a su casa. La muchacha piensa en el primer momento en que vio a Alex, luego sonríe emocionada sin dejar de caminar. Estando muy cerca de la casa, ve de lejos como su padre es brutalmente golpeado por los cuatro hombres que mandó Abigaíl. Pues él no tiene dinero con qué pagarle a Abigaíl. Ximena se acerca a ellos corriendo.



Ximena: (llorando desesperada) ¡Ya déjenlo, por favor! ¡Lo van a matar! ¡Déjenlo en paz!

Uno de los tipos toma con brusquedad a Ximena y la empuja con fuerza. Los demás siguen golpeando a Arturo sin compasión. Él está bastante herido y ha quedado inconsciente. Ximena vuelve hacia él, sin dejar de llorar.

Ximena: (a Arturo) Papá, despierta… ¡Papá! (A los hombres) ¡Desgraciados! ¡Lo han matado!

Hombre 1: ¡Cierra la boca! Tu papá nos debía mucho dinero. ¡Ahí tiene por mala paga! ¿Quieres que te pase lo mismo?

Ximena está demasiado asustada. Justo antes de que los tipos se vayan, uno de ellos saca una pistola y le dispara dos veces a Arturo en la frente, para asegurarse que él murió. El cuerpo sin vida del padre de Ximena yace en medio de un charco de sangre afuera de la casa. Ximena ha sido testigo del asesinato de su propio padre. La muchacha se aferra al cuerpo de Arturo, manchándose por completo de sangre. Ximena hace un grito desgarrador, que se oye como un eco y la cámara la enfoca de manera lenta.

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